El teléfono móvil se ha convertido en uno de los objetos de uso cotidiano más importantes. Son muchas las tareas que realizamos gracias a este dispositivo, incluyendo algunas que, hace unos años, eran exclusivas de los ordenadores, como gestionar nuestro correo electrónico o navegar por Internet. Durante el pasado mes de marzo, el 45% de las visitas que recibieron nuestro clientes se realizaron desde dispositivos móviles. Un porcentaje que se ha duplicado en los últimos tres años. Es por ello que el diseño responsive ha cobrado una especial importancia.

Pero ¿qué es el diseño responsive?

Si nos remontamos atrás algo más de un lustro veríamos que, si queríamos que nuestra web se viese de forma correcta en un teléfono inteligente, debíamos tener dos versiones de la misma, lo que implicaba el doble de trabajo a la hora de posicionarla o actualizarla. Y también, como es lógico, el doble de costo. Es por ello que nace el diseño responsive, cuyo objetivo es el de hacer que una misma web se muestre de forma correcta en cualquier dispositivo, independientemente de su pantalla, navegador, tiempos de carga… Todo ello con un solo diseño.

¿Cómo lo consigue? Cambiado la posición de los elementos en pantalla y el tamaño de los mismos para que podamos verlos sin necesidad de “hacer zoom” en la pantalla de nuestro dispositivo.

¿Qué ocurre si el diseño de mi web no es responsive?

Son varios los inconvenientes de un diseño que no se adapta a teléfonos móviles:

• En primer lugar, Google penalizará a tu web, afectando negativamente a su posicionamiento, lo que supone una desventaja respecto a tu competencia.
• La navegación de una web no responsive en un móvil es muy complicada, dado que los menús y botones son demasiado pequeños para pulsarlos correctamente.
• El contenido no se visualiza de forma correcta, al resultar tanto las imágenes como los textos demasiado pequeños. El usuario tendrá que aumentar el “zom” de su pantalla continuamente, impidiendo un acceso fluido a la información.
• La web carga de forma lenta, ya que una de las claves del diseño responsive es eliminar aquellos elementos muy pesados (como vídeos) que pueden ralentizar la carga y consumir demasiado ancho de banda.

Por todas estas razones, si tu web no es responsive, te aconsejamos contactar con Web Empresas para adaptar tu imagen en internet a los nuevos tiempos y que todo el mundo pueda acceder a tus contenidos con facilidad.