Uno de los primeros pasos a llevar a cabo cuando comenzamos a desarrollar una página web consiste en solicitar a nuestro cliente los diferentes elementos que constituyen su imagen corporativa, así como soportes de marketing que haya desarrollado previamente. De esta manera estudiamos la gama cromática utilizada, los tipos de letra, las líneas del diseño… de manera que su página web se integre con facilidad con el resto de elementos de su imagen. Sin embargo, dicha integración supone un difícil trabajo en muchas ocasiones, dado que algunas empresas e instituciones tienden a ser muy “inmovilistas” respecto a su imagen corporativa, de manera que siguen utilizando el mismo logo, tipos de letra, colores… desde su creación.
Más allá de que la imagen de la empresa pueda haber quedado “desfasada”, o que transmita la sensación de “antigua”, el trabajar con elementos gráficos creados hace tantos años presenta numerosos inconvenientes técnicos. Hace 2 décadas, cuando se diseñaba un logotipo, se creaba pensando en formatos impresos, con una resolución y tamaño conocidos. En la actualidad las cosas han cambiado mucho, de manera que el logo de una empresa puede aparecer en una variedad muchísimo mayor de soportes, desde la pantalla de un ordenador a un teléfono móvil. Y muchos de los logotipos nacidos hace más de 3 lustros no están preparados para ello porque, al cambiarles el tamaño, no se visualizan de forma correcta.
Por ejemplo, algunos logotipos poseen elementos que, al hacerlos más pequeños, resultan imposibles de distinguir. Ello obliga, cuando desarrollas una web, a colocarlos en un tamaño mayor al deseable, lo que hace que ocupe una superficie de la página demasiado amplia. Otros logos, al aumentar su tamaño, se ven “borrosos o pixelados”, dado que muchos negocios carecen de una copia digital de los mismos (preferiblemente vectorizada) que permita escalarlos de forma adecuada. Algo similar ocurre con los colores, pues determinados tonos no son adecuados para su visualización en una pantalla.
Luego, si la imagen corporativa de una empresa ha quedado desfasada, ya no transmite los valores de la misma, y los elementos que la componen no son adecuados para los formatos digitales actuales ¿por qué muchos empresarios se resisten de forma tajante a sustituirlos? La razón suele ser muy similar: “Si ha funcionado bien durante 40 años ¿Por qué vamos a cambiarlo?”. Y la respuesta también es bastante obvia: “Por que hace 40 años no había ordenadores, ni teléfonos móviles, ni Internet… y porque no queremos que los posibles nuevos clientes que lleguen a nosotros piensen que somos una empresa que no ha evolucionado en los últimos 40 años”.
Google, un buen ejemplo de cambio
Google es, junto a Apple y Microsoft, la empresa de tecnología más conocida e importante del mundo. Y en sus 17 años de vida a modificado su logotipo en 6 ocasiones, buscando que el mismo se adaptase progresivamente, a los cambios de una empresa que comenzó siendo un buscador, y que ahora cubre una cantidad de áreas casi incontables, desde la cartografía a la creación de sistemas operativos. El último cambio tuvo lugar hace algo más de un mes y se debió, principalmente, a razones muy similares a las descritas en los párrafos anteriores de este artículo: El tipo de letra de su logo no resultaba adecuado para ciertos formatos, sobre todo cuando debía mostrarse a un tamaño pequeño. Por eso ha cambiado el tipo de letra utilizado, sustituyéndolo por una tipografía más sencilla, pero manteniendo el mismo juego de colores.
Y es aquí donde debemos subrayar uno de los aspectos más importantes de estos “cambios de imagen”: los nuevos elementos de una imagen corporativa renovada tienen que ser fácilmente reconocibles, es decir, cualquier persona que los vea tiene que distinguir a la compañía que representan con la misma rapidez que si estuviese viendo los elementos antiguos. De hecho, mucha gente ni siquiera se dio cuenta de los cambios en el logo de Google hasta que alguien les advirtió de ellos.
Esta es otra razón por la que los empresarios deben perder el miedo a un cambio en su imagen de marca: la idea no es crear una imagen totalmente nueva que se desligue totalmente de todo lo anterior (salvo que, expresamente, ésta sea la idea) , sino actualizarse a los nuevos tiempos pero sin perder la identidad que hace a las empresas reconocibles a través de sus símbolos ¿Y qué mejor momento para emprender un cambio de estas características que cuando estamos a punto de crear o renovar nuestra página web? Una oportunidad única para evolucionar, cambiar y enfrentarse, mejor preparados, a los cambios que nos pueda deparar el futuro.